3 de septiembre de 2013

¿TIENE SENTIDO FINGIR UN ORGASMO?

¿TIENE SENTIDO FINGIR UN ORGASMO?

Acabo de leer el estudio que la empresa de preservativos Control ha hecho sobre el orgasmo femenino. La conclusión principal es que más de un 60% de las mujeres españolas confiesan haber fingido alguna vez un orgasmo. Me parece una estadística tan real como triste, especialmente si tenemos en cuenta que en ese “alguna vez” hay algo de ocasional, pero que habrá muchas mujeres que lo fingen siempre o habitualmente. Éstas últimas no serán seis de cada diez, pero son más de las que creemos.
Buscando los motivos por los que una mujer siente necesidad de fingir un orgasmo, la más frecuente es dar por concluida la relación sexual: una vez te has corrido (disculpen lo coloquial del verbo) ‘aquello’ ya puede acabarse de una vez. Hay casi siempre en esos casos algo de hacer creer al compañero que ha conseguido proporcionarte todo el placer deseable. A veces, algo de compasión hacia el otro cuando éste por su torpeza o brevedad hace imposible una relación placentera de final feliz y pleno.
Sean cuales sean los motivos, la razón absoluta para fingir un orgasmo es la imposibilidad de tenerlo. No es muy preocupante si eso sucede de manera puntual y más si se trata de una relación ocasional: “que acabe ya este torpe y mañana si te he visto no me acuerdo”.
Sin embargo, parece realmente triste que una mujer finja sus orgasmos de manera rutinaria. Algo más habitual de lo que suponemos. Por educación, por condición, por un rol adquirido o por todo a la vez, las mujeres llegamos llenas de bloqueos a nuestras primeras relaciones sexuales y a veces ese bloqueo no termina de irse nunca. Así, que resulta más cómodo fingir asumiendo que nada ha de cambiar. Qué triste.
Cuando una mujer finge un orgasmo la única perjudicada es ella. Tendemos a echarle a culpa a ellos (y a veces es verdad) pero si no eres capaz de llegar al orgasmo con normalidad hay que asumir que se tiene un problema. O propio o con la pareja, pero se tiene. Puede que sea difícil de abordar, puede que haya que reconocer cosas incómodas para él, para la pareja o para ti misma, pero es mejor emplear energías para llegar a tenerlos que emplearlas en fingirlos.

Fingir un orgasmo, en realidad, es bastante ridículo. Hay pocas cosas más absurdas y el sesenta por ciento de las mujeres reconocemos haberlo hecho alguna vez. Hay que preguntarse por qué y, sobre todo, para qué. Vosotras sabréis, pero es una estadística de la que no debemos sentirnos muy orgullosas.

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