29 de noviembre de 2016

No se trata de nada más que de decepción.

Nunca supe bien que es lo que querías de mí, nunca me dejaste claro que era lo que buscabas cuando buscabas a alguien.

Te dejé bien claro que te amaba con la fuerza de mi cuerpo entero,de mi alma... que siempre busqué la forma de hacerte quedar bien aún conmigo misma, de inventar cualquier excusa que te liberara de la falta de atención en la que me dejabas.

Lo siento, pero sobre todo lo siento por ti.

Las cosas ya fueron, el amor que te tuve se acabó. Se fue acabando poco a poco, con cada mal modo que me hacías, con cada muestra de egoísmo que en mí desahogabas. Los días en los que me proponía hacerte feliz; ya pasaron, me agote de la paciencia que sacaba hasta debajo de las piedras, sólo para poder entender que de lo que yo ofrecía nada te servía.

Fue agotador pedirte amor, convencerme de tu falta de interés, pero al final me recuperé. Recuperé las fuerzas de esperar lo mejor de los demás incluso de ti y al no verte cumplir; me fui. El tiempo no se detiene, no por nosotros dos y mi mente sigue adelante y casa día se olvida de cada palabra de cada promesa, de cada beso soñado.