"Las hojas no caen, se sueltan.”
Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo
de generosidad y profundo de sabiduría.
La hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del
aire
sabe del latido profundo de una vida que está
siempre en movimiento y en actitud de renovación.
La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio
vacío
dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote
de
una nueva hoja.
Sólo las hojas que se resisten… caerán al suelo por el peso
de su propio dolor
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