...que tus pies sean bendecidos para andar por preciados
caminos,
que tus manos sean suaves para tejer almas y fuertes para
enmendar tus desvíos
que tu mente sepa dudar, de todo aquello que te has
convencido
y que tu corazón se aferre a sus certezas, y asi sepa
distinguir entre lo que debe o no ser elegido.
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